ACCEDER A LA INTELIGENCIA VIVIENTE (PARTE II)

 Vida en Sivainvi

SIVAINVI (Sistema de Vasta Inteligencia Viva), novela de ciencia ficción escrita en 1981 por Philip K. Dick, se asemeja mucho en algunos aspectos a la inteligencia viviente sobre la que hablo en esta serie de ensayos.

[i] Una inteligencia viviente que también sugiere una visión de la realidad como campo no-local. Los hallazgos más recientes de las ciencias cuánticas (en especial la mecánica cuántica y la biofísica) plantean una comprensión del campo de visión que sustenta la construcción descriptiva de nuestro universo y,  por lo tanto, la naturaleza de nuestra realidad. En el pasado, numerosas  personas – místicos, psicólogos e investigadores de la consciencia – han aludido a este campo de inteligencia con nombres muy diversos: consciencia cósmica, superconsciencia, consciencia transpersonal, consciencia integral, etc. Todas estas descripciones comparten elementos comunes; a saber: un sentido elevado de intuición y empatía, un sentimiento de mayor conectividad con el mundo y con la gente, una sensación de ‘conocimiento interno’ (gnosis), y la comprensión de que la humanidad existe y evoluciona dentro de un universo de inteligencia y sentido. En el mundo ya están surgiendo formas e indicios de estos nuevos patrones de consciencia, pero por ahora no forman parte de nuestro paradigma aceptado.

Como afirmaba el Dr Richard Bucke en su trabajo Consciencia Cósmica los signos precoces de este nuevo desarrollo evolutivo han estado apareciendo entre   la humanidad desde hace tiempo:

Lo cierto es que en la tierra durante miles de años, ‘apareciendo a intervalos’ entre la gente corriente, han estado viviendo los esbozos apenas visibles de otra raza… Esta nueva raza está en trance de nacer entre nosotros, y en el futuro próximo ocupará y poseerá la tierra.1

Entre tales signos – o mutaciones evolutivas – se incluyen, por ejemplo, visionarios, místicos, artistas, médiums, y un goteo de niños superdotados. Yo afirmaría que a lo largo de la historia del mundo han ocurrido sucesos sociales y culturales que han servido para sembrar en la consciencia humana un funcionamiento más elevado. Dichos sucesos habrían adoptado la forma de movimientos artísticos; innovaciones científicas; corrientes religiosas; revoluciones socioculturales; arquitectura; fraternidades; mitos y leyendas; figuras del deporte; y otras. Todos esos impactos socioculturales afectan la consciencia humana de una manera que prepara la mente para periodos de desarrollo y cambio. Entre estos acontecimientos, aparentemente aleatorios, se encuentran las piezas que actúan como ‘tecnologías’ para desarrollar la consciencia humana. En los últimos años hemos asistido a la rápida expansión de nuestros flujos de información, y por ende del conocimiento humano en general.

La creciente manifestación de una consciencia humana colectiva – o más bien de una colectividad de mentes accediendo a la inteligencia viviente – es más que probable que esté en concordancia con ciertas necesidades evolutivas. Se ha necesitado una preparación mediante una sucesión de acontecimientos, que en su conjunto forman un patrón de estímulos que se fortalecen mutuamente, destinados a elevar la percepción psíquica de la humanidad. Esto incluye la expansión del intelecto, de la sensibilización psicológica, del desarrollo social, y del humanitarismo, la empatía y la creatividad.  Estos desarrollos también han servido para estimular la intuición humana. En otras palabras, a lo largo de la historia humana reciente ha habido momentos que han ayudado a preparar el ‘terreno mental’ para la siembra y el crecimiento pausados de nuevos patrones de consciencia.  Según un reconocido comentarista de este tema:

El organismo del ser humano está produciendo un nuevo complejo de órganos en respuesta a esa necesidad. En esta era de trascendencia del tiempo y el espacio, dicho conjunto de órganos se ocupa de dicha trascendencia. Lo que la gente corriente toma por ráfagas esporádicas y ocasionales de poder telepático o profético son… nada menos que los primeros indicios de estos mismos órganos.2

De igual modo, el venerado poeta persa Jalalludin Rumi exponía, ‘Nuevos órganos de percepción afloran como resultado de la necesidad/Por lo tanto, oh hombre, incrementa tu necesidad de manera que puedas ampliar tu percepción.[ii]

En general, las fuerzas socioculturales y materiales son lentas para reaccionar a los cambios en las formas de expresión de la consciencia humana. Pero esto no es nada nuevo pues a lo largo de la historia han existido individuos que, sintiendo la necesidad de cambios transformativos, se han visto inmersos en estallidos socioculturales. Estos eventos y esfuerzos humanos, segun Gopi Krishna, indican un estímulo del impulso humano evolutivo:

Puedo afirmar con seguridad que el progreso realizado por la humanidad en cualquier dirección, desde el nivel subhumano hasta la actualidad, ha sido mucho menos debido a los propios esfuerzos del hombre que a la actividad de las fuerzas evolutivas obrando en su interior. Cada incentivo para la invención, el descubrimiento, la estética, y el desarrollo de mejores organizaciones sociales y políticas procede invariablemente de su interior, de las profundidades de su consciencia, por gracia de… la Fuerza Evolutiva existente en los seres humanos.3

Quisiera añadir que para que se produzca un desarrollo humano continuo existen periodos concretos en la historia en los que la humanidad necesita o está lista para la activación de determinadas facultades – nuestras potencialidades evolutivas. Durante tales periodos transicionales la humanidad adquirirá – o se verá forzada a desarrollar – nuevas capacidades para acceder a la consciencia  (también conocida como inteligencia viviente).  Como en todos los cambios de paradigma, las viejas energías deben dar paso inevitablemente a las nuevas.

En los años que se avecinan una nueva oleada de jóvenes pondrá de manifiesto una consciencia abierta simultáneamente tanto a impulsos espirituales como a los últimos avances de la investigación científica.  Una nueva generación crecerá con el deseo de desarrollar un sentido colectivo de bienestar, conectividad, empatía y visión creativa. A aquello que nos referimos como lo ‘no-local’ será para ellos lo mismo que la interconexión integral, y lo sentirán como natural y normal. Nuevos patrones de pensamiento y un sentido más fuerte de intuición serán también signos de que se está produciendo un mayor acceso al campo de  inteligencia viviente. Este acceso es lo mismo que, expresado en nuestro viejo lenguaje, una interacción directa con estados de consciencia no-locales y no-ordinarios. La experiencia de una consciencia directa no-local solía pertenecer al ámbito de practicantes experimentados (chamanes, místicos, médiums) que habrían sido sometidos a un entrenamiento prolongado y riguroso. Hasta ahora, en gran parte, nuestra ‘consciencia cotidiana’ de la visión local del universo no ha estado preparada para los terrenos de la realidad no-ordinaria. Especialmente en la civilización occidental no se ha alentado, o incluso reconocido, el modo no-local de percepción (experiencia subjetiva).  Como tal, ha permanecido adormecido, atrofiado, y en gran medida se ha dejado  en manos de las ciencias esotéricas. El punto de vista miope, lineal, y racional de la realidad ha dado lugar a los valores dominantes de competición, poder, ego, y codicia. Sin embargo un sentido no-local e intuitivo de la realidad sería aquel que abrazase los valores de Conexión ~ Comunicación ~ Colaboración ~ Consciencia ~ Compasión. Mi punto de vista es que las nuevas generaciones de gente joven del mundo serán las primeras en encarnar esos valores de manera generalizada – y por tanto marcar el comienzo de una nueva época de desarrollo de la consciencia humana.

Conectado a la Información Viviente

Parece ser que actualmente la Tierra está recibiendo  diversos tipos de impactos energéticos – especialmente electromagnéticos – que alterarán su firma energética resonante. Puesto que su campo magnético no es estático, sino más bien un tipo de onda oscilatoria, se sabe que sus fluctuaciones afectan a los sistemas que viven sobre la Tierra. Los cuerpos biológicos, al ser unidades de energía eléctrica, son sensibles a las variaciones energéticas y atmosféricas externas, aunque normalmente esas reacciones operan a nivel subconsciente. De igual modo, las variaciones magnéticas pueden producir efectos inusuales en  la consciencia humana. En la actualidad, nuestras ciencias cada vez entienden más y mejor como la vida humana – nuestros pensamientos, emociones y conductas – se ven directamente afectadas por fluctuaciones en el campo magnético de la Tierra. [iii] Cuando, con el tiempo, la resonancia energética de la tierra se altere, eso afectará indudablemente a cómo se auto-calibra el DNA humano en el momento en el cual un recién nacido llega al mundo.

El conocimiento de que el DNA humano puede ser influenciado y modulado por frecuencias (sonido, luz, lenguaje y pensamiento) ha sido utilizado a través de los siglos por diversas tradiciones espirituales. Esto pude apreciarse en una diversidad de ejercicios que utilizan enfoque del pensamiento (rezo), sonidos (música, cantos, salmodias), luz (tanto natural como producida, por ejemplo por vidrieras) y lenguaje (recitaciones específicas como mantras o zikr).  De igual modo, diversas prácticas chamánicas han aludido a la noción de que se puede acceder al DNA mediante una intención consciente deliberada.Por tanto, el DNA parece funcionar no sólo como un constructor de proteínas (su función minoritaria) sino también como un medio de almacenamiento, recepción y comunicación de información.

Si entendemos que procesamos información a nivel neurobiológico, podemos aceptar que nuestros sistemas nerviosos son canales para la información. Puesto que sabemos que el DNA está presente en toda nuestra estructura celular, podemos estar seguros de que nuestra fisiología está completamente implicada y relacionada con campos energéticos externos: electromagnéticos, ráfagas de rayos gamma y rayos solares, así como campos de consciencia. Parece que durante nuestra vida  ejercitando diversas técnicas, como sucede con una gama de prácticas meditativas y estímulos asociados (tal como se describe más arriba), parte de la ‘firma energética’ del ADN humano puede re-calibrarse. Para mucha gente, estas son prácticas precisas que han guiado  toda su vida; y de hecho la vida de muchos miles de personas. Puede que en épocas pasadas se requiriese la intervención directa – enseñanzas de sabiduría, escuelas de misterio, y similares – para preparar a los individuos para acceder a la inteligencia viviente en tanto el medio ambiente existente no fuese suficiente por sí mismo para aportar el catalizador detonante exclusivo. Esta situación, estoy especulando, puede que ahora esté cambiando.  Los niños que están naciendo en la actualidad parecen estar ya más conectados con una forma de inteligencia intuitiva. Contactar con la propia inteligencia intuitiva es otra manera de decir que una persona manifiesta un cierto grado de gnosis. Y la verdadera gnosis es un forma de “transceptar”* información; es decir, de recibir así como transmitir información no-local. Dicha gnosis es muy probable que exista en forma de intercambio informativo entre el sistema nervioso humano y la inteligencia viviente, las cuales in-forman al unísono el campo de consciencia corporal. Una conexión más coherente entre una persona y el campo de inteligencia viviente sugiere una mayor potencialidad/capacidad para un despertar auto-iniciado, sin necesidad de entornos externos de enseñanza. Podría ser que la humanidad simplemente hubiese estado esperando el establecimiento de un medio ambiente energético propicio. Y puede que ahora ese momento esté a punto.

Campos de Resonancia

En el pasado el entorno socio-cultural no era propicio para el desarrollo individual a larga escala. Por esta razón muchas enseñanzas de sabiduría o corrientes de conocimiento perenne tenían que funcionar en silencio, o incluso como actividades clandestinas. Y, sin embargo, la capacidad humana para acceder conscientemente al campo de inteligencia viviente es sin duda una facultad natural innata. Solo que para la mayoría de la gente dicha  capacidad ha permanecido durmiente ya que, como un músculo poco ejercitado,  nunca se utilizó correctamente. Como una fuente de referencia señalaba recientemente – ‘La información que necesitas está codificada en la composición estructural de cada una de las células de tu cuerpo. El contacto está ahí.’La misma fuente también indicaba que:

Cuando eres consciente de tu totalidad, el impulso-Vital te transmitirá todo lo que necesites saber en cualquier situación concreta. Su mensaje siempre llegará  como tu primer impulso espontaneo. Estate atento.6

Ahora sabemos que toda la información genética del cuerpo humano está contenida en cada una de los miles de billones de células del mismo. Bien podría ser – es algo especulativo por el momento – que el acceso a la inteligencia viviente también funcione a través de la conexión/comunicación con la información contenida en estos campos de energía comunicativos. Es decir, nuestra fisiología humana – ADN, estructura celular, sistema nervioso, etc. – actúa como un dispositivo transceptor integral, coherente que filtra nuestra consciencia a partir del campo inteligente no-local. El ‘aparato transceptor’ corporal resuena con los diversos campos de energía que se originan literalmente tanto bajo nuestros pies como sobre nuestras cabezas.

Los geólogos están desarrollando su comprensión de cómo se transmiten las energías de la Tierra, tanto a lo largo de la superficie de su corteza como en el interior de su núcleo. Investigaciones recientes indican que el núcleo de la Tierra se comporta más como una estructura cristalina que como la masa fundida que muchos imaginamos. En 1936 se descubrió (por el sismólogo Inge Lehmann) que el centro de la Tierra está dividido en un núcleo interior sólido diferente de otro núcleo exterior líquido. La existencia de dicho núcleo interno sólido se dedujo al observar como las ondas sísmicas generadas por los terremotos se reflejaban hacia afuera de los límites del núcleo interno.  De igual modo, se descubrió que el núcleo externo era líquido, como antes se había sospechado. No obstante, observaciones más recientes han mostrado que el núcleo interno no es totalmente uniforme. Más bien, contiene estructuras de  larga escala como indica el hecho de que hay ondas sísmicas  que atraviesan  más rápidamente ciertas partes del núcleo interno que otras. Incluso se ha sugerido que el núcleo interno sólido está formado por cristales de hierro. Lo que se sabe científicamente es que el núcleo interno, mediante su acción tipo dinamo, juega un papel significativo en la generación del campo magnético de la Tierra.  De forma similar, se sabe que la corteza terrestre mantiene una red de caminos energizados o ‘magnetizados’– que reciben diversos nombres tales como líneas ley, red energética de la Tierra, caminos de peregrinaje, etc.. De alguna manera parece que la Tierra exterioriza rutas o caminos concretos de energía incrementada sobre las que se dice se han asentado muchos templos antiguos, lugares ceremoniales y de encuentro, y similares. De hecho, hoy en día muchos edificios y lugares de reunión siguen estando situados sobre ciertos ‘puntos calientes’ que se acepta están energizados. Los campos energéticos de la Tierra pulsan, literalmente, bajo nuestros propios pies. Además, el campo magnético terráqueo, interactuando con los rayos solares y cósmicos sobre nuestras cabezas, engloba a la humanidad en una burbuja de energía fluctuante.

Los últimos hallazgos de la ciencia nos dicen que el campo electromagnético de la Tierra es una membrana sensible que responde a la actividad del sol: ciclos de manchas solares, erupciones solares, eyecciones de masa coronal, y vientos solares. También sabemos por la neurociencia que la actividad cerebral humana crea pequeñas cargas eléctricas. Más aún, actualmente se piensa que el corazón humano actúa como un generador vibrante de energía electromagnética.  Recopilando lo dicho, dados un sistema nervioso y una estructura celular que se comunican como un campo cuántico coherente, existe por tanto una resonancia intrínseca entre la biología humana y nuestro entorno terrestre, solar y cósmico. Estamos viviendo literalmente en un SIVAINVISistema de Vasta Inteligencia Viva.

Esta comprensión nos conecta con las nociones de un campo no-local de consciencia al cual, a lo largo del tiempo, se ha hecho referencia como noosfera (Teilhard de Chardin; Vladimir Vernadsky); Mente Suprema (Sri Aurobindo); y sensorio mundial (Oliver Reiser). Asimismo podemos considerar esta ‘noosfera/mente suprema’ – también conocida como campo de inteligencia viviente – como una forma de consciencia planetaria emergente.  En tal caso, la humanidad puede servir de instrumento para facilitar el surgimiento de un organismo planetario único con una inteligencia viviente compartida (i.e. consciencia). Una civilización humana consciente alineada colectivamente podría llegar a ser un canal físico para esa inteligencia viviente. Esto sugiere que, como especie, habríamos llegado al punto en el cual, para que se produzca un desarrollo ulterior, ahora necesitamos interiorizar el proceso evolutivo.

La manifestación de consciencia a través de la humanidad parece estar experimentando una mayor condensación psíquica que puede servir para sincronizar la vida en este planeta. Este proceso, de hecho, no es nada ‘esotérico’ ya que ha formado parte de la civilización humana desde el primer día en el que  nuestros ancestros comenzaron a venerar una presencia externa. La convergencia de consciencia humana/patrones de pensamiento tiene lugar en la adoración ceremonial, y es esencial en la oración humana. Si observamos la práctica del Salâh del culto ceremonial en el Islam (que constituye uno de los Cinco Pilares del Islam Sunni), vemos que esta plegaria ritual obliga al devoto a rezar cinco veces al día orientado hacia la Meca. Estos momentos de estados de consciencia concentrados específicamente diseñados crean por todo el globo una convergencia intensa y una corriente de energía enfocada directamente hacia la localización geográfica de la Meca.  Existen muchas otras formas de convergencia consciente (o sincronización mental) en este planeta, mediante  miríadas de ceremonias, eventos, encuentros, etc. socio-cultural-religioso-espirituales. Por ejemplo, el ‘Proyecto Consciencia Global’ [iv], concebido por Roger Nelson en la Universidad de Princeton, ha demostrado como la consciencia humana se hace colectivamente coherente y sincronizada en momentos de liberación emocional global. Sin embargo, en el pasado la sincronización intensificada del campo de consciencia humana colectiva era inducida por desencadenantes externos [v]. Se trata de especular si en este planeta está en marcha un cambio que tendrá como consecuencia apoyar una mayor coherencia en el campo de la consciencia humana. Si tal es el caso, podemos sospechar que esto facilitará un contacto más nítido entre nuestro  sistema transceptor (el cuerpo humano) y el campo no-local de inteligencia viviente.

Tengo la sensación de que la(s) generación (ones) venidera(s) se contará(n) entre las primeras que despertarán masivamente a una era de gnosis instintiva. Es decir, una generación de niños pequeños instintivamente conscientes que sientan inherentemente una conexión y comunión intencional entre su ‘yo’ y la inteligencia viviente. Este será el principal contacto en la vida del joven, proporcionándole sentimientos confiables y orientación instintiva. Es de esperar que ello ayude a que nuestra histórica y monumental transición planetaria sea menos turbulenta y más coherente. El poeta persa del siglo XIII Jalāl ad-Dīn Rūmī – conocido en occidente simplemente como Rumi – sugirió  esta coherencia intencional cuando escribió con exactitud acerca de la distinción entre la inteligencia adquirida y la inteligencia instintiva:

 

 

Dos Tipos de Inteligencia

 

Hay dos tipos de inteligencia: una adquirida,

como un niño que en la escuela memoriza hechos y conceptos

de los libros y de lo que dice su maestro,

recopilando información sobre las ciencias

tanto tradicionales como nuevas.

 

Con esa inteligencia se crece en el mundo.

Se nos clasifica delante o detrás de los demás

de acuerdo con nuestra capacidad para retener información.

Con esta inteligencia se deambula, entrando y saliendo de los campos de conocimiento,

consiguiendo siempre más  calificaciones en la libreta de notas.

 

Existe otro tipo de libreta, una

ya completada y preservada dentro de ti.

Un manantial que desborda su cacera. Un frescor

en el centro del pecho. Esta inteligencia

no empalidece ni se estanca. Es fluida,

y no se mueve de fuera a dentro

a través de los conductos y tuberías del aprendizaje.

Este segundo tipo de conocimiento es un manantial

que brota desde dentro de ti hacia el exterior. 7

 

Este ‘segundo conocimiento’ que es nuestro ‘manantial’ interno corresponde a la fuente de la inteligencia viviente – presente en el interior de nuestras propias células. Gracias al acceso a este contacto/comunicación es probable que nos encontremos activamente comprometidos con un impulso de desarrollo que se está desplegando en nuestro planeta.

* N.T.: *neologismo que hace referencia a la función de un transceptor

Bucke, R. (1972/1901) Cosmic Consciousness: A Study in the Evolution of the Human Mind. London:  The Olympia Press.

Shah, I. (1982) The Sufis. London:  Octagon, p.54

Krishna, G. (1993) Higher Consciousness and Kundalini. Ontario, CA:  F.I.N.D. Research Trust, p.166

Narby, J. (1999) Cosmic Serpent: DNA and the Origins of Knowledge. London:  Phoenix.

 5Carey, K. (1995/1982) The Starseed Transmissions. New York:  HarperCollins, p.47

 6Carey, K. (1995/1982) The Starseed Transmissions. New York:  HarperCollins, p.41

Jalāl ad-Dīn Rūmī, ‘Two Kinds of Intelligence’, Mathnawi IV: líneas 1960-1968 (Versión de Coleman Barks)

 

 [i] Véase la primera parte – El surgimiento de una humanidad intuitiva

[ii] Tomado del Mathnawi de Rumi

[iii] Véase material de investigación del HeartMath Institute – https://www.heartmath.org/research/research-library/

[iv]  Véase http://noosphere.princeton.edu/

[v] Ente los ejemplos se incluyen la muerte de la Princesa Diana en el Reino Unido y el derrumbe del World Trade Center en Estados Unidos.

 

LIBROS DESTACADOS